Horneado
Los hornos de alfarería y cerámica son estructuras de diversas complejidad, tamaño y apariencia, que son destinadas a la cocción de las diferentes piezas de arcilla. Este paso es uno de gran importancia ya que le dará el acabado determinante y a veces hasta mágico y creativo a nuestra pieza de cerámica.
Existen tres pasos fundamentales en el horneado:
El primero, es el llamado de Templado, es el horneado que necesita la pieza para que pierda su elasticidad y humedad para que pase a una consistencia dura, llamada de bizcocho. Esta se cocina a una temperatura de 1000° grados por hora.
El segundo paso, es un tiempo de enfriamiento a temperatura ambiente para que la pieza no se agriete o se rompa.
Si se va a esmaltar o echar algún tipo de óxido a la pieza para decorar, entonces es en este momento donde tomamos la pieza de cerámica y echamos con una brocha el esmalte que deseemos. Deberemos aplicar al rededor de 3 capas del esmalte escogido para que se fije bien en nuestra pieza.
Si decidimos echar óxido es conveniente echarlo con un pincel, sumergiendolo en el envase donde esté el óxido, revolviendo bien ya que el óxido tiende a quedar en el parte inferior de los envases, y luego aplicando el pincel con óxido en nuestra pieza o por donde deseemos que este resaltado con el óxido.
Por último, y con la pieza ya seca del esmaltado, procedemos a poner la pieza en el horno nuevamente por otras 8 horas para que se afiance el esmalte u óxido en nuestra pieza, a unos 1200° - 1350° grados por hora.
Una vez terminado el segundo horneado, dejaremos la pieza enfriar por otras 8 horas más, para que podamos ahora si tener nuestra pieza totalmente acabada con un decorado totalmente original y creativo, listo para hacer un regalo, crear varias piezas para venderlas o sencillamente para nuestro uso personal.